un secreto en los zapatos.

Lo sé como lo siento. Y siento que es cierto, como todas esas cosas que sabes que lo son. Sin que nadie te lo haya dicho. Sin haberlo descubierto, realmente. Simplemente lo sabes, como todo aquello que no necesita explicación.

De esa extraña forma, entendí que sólo existen dos opciones: la validez absoluta y el no. Algo de una sencillez sublime, pero enormemente complejo, como casi todo aquello que merece la pena.

No abuses de los estampados, con uno es suficiente. No mezcles rombos con cuadros, ni lunares con rayas. Cíñete al que ese día más te agrade. Cuando vuelva a salir el sol tendrás otra oportunidad para empezar de cero.

No abuses de los colores, aunque bien elegidos pueden ser tus mejores aliados. No intentes hacer lo que no sabes. Si dudas, mantente en lo neutro. Ríndete a la elegancia del negro y a la pureza del blanco.

Ni demasiado suelto, ni demasiado apretado. Mantén el equilibrio.

El secreto siempre está en los zapatos.

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